Archivo por días: 4 septiembre, 2020

Metil Clorpirifos causa pérdidas de 24 millones en el caqui

La incidencia récord de plagas como cotonets y moscas blancas, pese al incremento de tratamientos, desperdicia 80.000 toneladas de fruta y degrada el medio ambiente

AVA-ASAJA alerta de que la prohibición del Metil Clorpirifos causa pérdidas de 24 millones en el caqui

Valencia, 1 de septiembre de 2020. La Asociación Valenciana de Agricultores (AVA-ASAJA) denuncia que la supresión decretada este año de la materia activa Metil Clorpirifos en el cultivo del caqui y la no disponibilidad de alternativas suficientemente eficaces eleva a niveles récord la incidencia de las plagas, fundamentalmente cotonets y moscas blancas.

Tanto es así que, según un estudio técnico elaborado por la asociación, los productores valencianos de caqui sufrirán en la presente campaña unas pérdidas superiores a 24 millones de euros solo debido a la merma de cosecha por plagas. El volumen total de frutas desperdiciadas en campo alcanzará las 80.000 toneladas, lo que supone un incremento del 30% respecto al ejercicio pasado. A esas previsiones cabe sumar la pérdida de empleo y el impacto económico derivados en los almacenes de confección, el transporte y los mercados de comercialización.

El presidente de AVA-ASAJA, Cristóbal Aguado, advierte de que “la situación de emergencia sanitaria que atraviesa el caqui está poniendo contra las cuerdas la viabilidad presente y futura de un cultivo que en lo que llevamos de siglo XXI se ha erigido en un pilar de la agricultura valenciana. Todo el sector hortofrutícola español había reclamado a las administraciones que no prohibieran el Metil Clorpirifos sin dotar antes a los agricultores de otros métodos de lucha igualmente eficaces. No hicieron caso y ahora, al igual que ha ocurrido con los cítricos y otras frutas, se ven las consecuencias en el caso del caqui: un aumento de tratamientos fitosanitarios que no han evitado frenar los ataques de plagas, un aumento del desperdicio alimentario, una pérdida de competitividad y una degradación medioambiental. Por no escuchar al sector y guiarse por postulados ideológicos, la clase política europea está consiguiendo el efecto contrario de lo que pregona”.

Al respecto, Aguado pregunta: “¿Dónde están los políticos responsables que van a asumir la responsabilidad de sus decisiones y compensarán los perjuicios ocasionados a los agricultores? ¿Qué más tiene que suceder para que se den cuenta de que urge un cambio de rumbo en la política de sanidad vegetal? ¿Cuándo el Gobierno dejará de ser cómplice de la filosofía equivocada de la Unión Europea que desconoce la realidad climática y de plagas que hay en la agricultura mediterránea?”

AVA-ASAJA ha enviado un escrito a la consellera de Agricultura, Mireia Mollà, para solicitarle su máxima implicación a la hora de ponderar a pie de campo y con carácter oficial la magnitud de esta problemática; aprobar dentro de sus competencias y reclamar al Gobierno central tanto indemnizaciones como medidas fiscales, como el módulo cero para la declaración de la renta de 2020; así como trabajar en aras de facilitar al sector una serie suficiente de productos fitosanitarios y biológicos que sean verdaderamente efectivos para combatir las plagas que diezman las producciones”.

La prohibición de materias activas triplica el uso de productos fitosanitarios

Ante la decisión de la Comisión Europea de reducir drásticamente el uso de materias activas, los agricultores se ven obligados a aumentar los tratamientos en el campo

AVA-ASAJA denuncia que la prohibición de materias activas triplica el uso de productos fitosanitarios

Valencia, 24 de agosto de 2020. La Asociación Valenciana de Agricultores (AVA-ASAJA) denuncia que la decisión de la Comisión Europea de reducir cada vez más el uso de materias activas provoca un mayor uso de tratamientos fitosanitarios en el campo, ya que al no contar con herramientas eficaces los agricultores se ven obligados a utilizar diferentes productos en busca de un remedio eficaz contra las plagas y enfermedades como son el cotonet de Sudáfrica o la mosca blanca en el caqui. En este sentido, la prohibición de materias activas eficaces triplica la aplicación de pesticidas en el campo y genera una pérdida progresiva de la competitividad en el mercado global.

El aumento del uso de tratamientos fitosanitarios implica un mayor gasto para los agricultores que no se ve compensado con el precio que reciben por sus productos, de este modo crece de forma alarmante el abandono de campos por la falta de rentabilidad, lo que conlleva a su vez un deterioro medioambiental irreversible. Asimismo, la prohibición de materias activas eficaces para la lucha contra plagas y enfermedades genera una depreciación comercial de la fruta que implica el desperdicio alimentario de miles de toneladas. Paradójicamente los productos que se importan de terceros países a la Unión Europea (UE) sí tienen permitido el uso de materias activas que han sido prohibidas por la legislación europea, pero sin embargo, llegan a los consumidores europeos y compiten con nuestros productos de un modo devastador y desleal.

“Si el objetivo de la UE era reducir el uso de fitosanitarios con sus políticas restrictivas nos encontramos con una gran incongruencia, puesto que justamente están provocando el efecto contrario al obligar a los agricultores europeos a multiplicar sus tratamientos. Las plagas siguen estando presentes en nuestro campo y se incrementan continuamente. Ante este problema creciente los agricultores no contamos con herramientas eficaces para poder combatirlas”, señala el presidente de AVA-ASAJA, Cristóbal Aguado. Además, el dirigente agrario critica la falta de actuación por parte de las administraciones para revertir esta situación. “Bruselas debería aplicar normas recíprocas, ya que los agricultores compiten en un mundo globalizado en el que las reglas del juego no son las mismas para todos. Con estas prohibiciones se incentiva el abandono de tierras agrarias, el desperdicio alimentario, el deterioro medioambiental, pero sobre todo se condena a los agricultores comunitarios a la ruina”, apunta Aguado.

Las importaciones de California hunden el precio de la almendra valenciana

La asociación pide a la industria agroalimentaria valenciana que prime la almendra autóctona de proximidad y excelente calidad frente a la importada de EE.UU.

AVA-ASAJA denuncia que las importaciones de California hunden el precio de la almendra valenciana

Valencia, 21 de agosto de 2020. La Asociación Valenciana de Agricultores (AVA-ASAJA) lamenta que las importaciones masivas de almendra californiana estén hundiendo el precio de un producto autóctono de excelentes características organolépticas y pide a la industria agroalimentaria valenciana que prime la almendra valenciana. California constituye el principal productor de almendras del mundo y este año cuenta con una producción récord que, según USDA (United States Department of Agriculture) es un 18% superior al ejercicio anterior, lo que está provocando caídas acusadas del precio de la almendra en España que se sitúa en estos momentos entre los 3 y 3,10 euros el kilo de grano, a excepción de la ecológica que recibe cotizaciones que rondan los 7 u 8 euros por kilo de grano.

El envío masivo de almendra californiana, una práctica habitual que provoca el hundimiento de precios, se produce precisamente en una época en la que debido a la crisis sanitaria del Covid-19, países como India, que eran importantes compradores de almendra de EE.UU., han cerrado sus fronteras a las importaciones. Además, la cosecha en la Comunitat Valenciana ha sufrido mermas de producción de hasta el 50% en algunas zonas de la Serranía. Este descenso es consecuencia del exceso de lluvias que provocaron la proliferación de hongos que alteraron la floración.

Ante esta situación, AVA-ASAJA recuerda que los productores de almendra valencianos cumplen con todas las garantías de seguridad alimentaria que marca la Unión Europea  y que los costes de producción de California no son equiparables a los de la Comunitat Valenciana, puesto que cuentan con grandes extensiones de terreno muy mecanizadas que contrastan con la estructura minifundista que predomina en el territorio valenciano. A ello se suma la falta de relevo generacional, el abandono de los campos por la falta de rentabilidad y la proliferación de plagas y enfermedades como son la avispilla del almendro o la Xylella fastidiosa. Asimismo, cabe recordar que los agricultores españoles no cuentan con las mismas armas para poder combatirlas, ya que en EE.UU. se utilizan materias activas que en la UE están prohibidas.

El presidente de AVA-ASAJA, Cristóbal Aguado, subraya que “las alteraciones del funcionamiento del mercado a nivel global por la crisis de Covid-19 han derivado en que EE.UU. busque el camino más fácil y envíe su exceso de almendras a Europa. A ello se suman los problemas colaterales que tiene la agricultura valenciana, pero la almendra valenciana cuenta con una mayor calidad que la estadounidense y debe tener un precio digno acorde a sus características. Por este motivo, desde nuestra organización reclamamos a la gran distribución y a todos los miembros de la cadena alimentaria que prioricen la almendra autóctona frente a la foránea”.